sábado, 15 de agosto de 2009

UNA NOCHE VERDE

El frio polar azotaba a la capital del país, pero esto nunca fue un impedimento para lo mejor que sabemos hacer todos los nativos de esta tierra guaraní, destapar algunas cervecitas y adecuarnos al clima.

Si bien el frio era algo insoportable y la humedad rondaba el 98%, el paraguayo como buen paraguayo y sobre todo un sábado por la noche, volvió a encontrar el lado positivo de esto.

Encamperados hasta la coronilla, bufandas aquí, gorritos allá, donde apenas podíamos movernos por la cantidad de abrigos que teníamos encima, todo esto no resulto un inconveniente para desaprovechar una noche de sábado.

Lo bueno de este clima es que no hacia falta tener a mano una champanera, conservadora o heladera para guardar las cervecitas, tranquilamente podíamos tenerlos a temperatura ambiente puesto que el clima rondaba los 4ºC y la sensación térmica era de negativo 2ºC.

Si bien yo pase una noche verde (Heineken), mis acompañantes decidieron pasarla negra (MGD) unos y los otros con la tradicional Brhamex, si estábamos todos juntos pero con distintas marcas de bebidas, algo atípico pero no raro.

Elegimos el patio delantero de la casa de mi suegra como PC nuestro, mientras que los amigos de la otra cuadra quedaron varados en la tradicional esquina de López, todos cañoneando con las ñoñex, el viento sur no se hizo esperar y soplo con toda su furia, atendiendo al coctel climático que teníamos, nosotros estábamos resguardados por los muros de los vecinos pero nuestros amigos de la otra cuadra no.

Eh aquí donde aparece la astucia paraguaya, el grupo era numeroso y no cabían todos dentro de la casa electa como cuartel general, entonces decidieron hacer una fogata, si una fogata en plena calle asuncena, en el populoso barrio Obrero, juntaron cuanto cascote y hojas secas encontraron en la calle y lo prendieron fuego, parecían ser niños exploradores de campamento pero, eran niños tomadores en concentración.

Volviendo a nuestro lado de la cuadra, las charlas cibernéticas sufrieron una pausa cuando uno de los amigos anunció su suicidio voluntario, o sea que se iba a casar, cargadas de aquí, cargadas de allá, incredulidad y aceptación, en fin, llevo las felicitaciones.

En un torbellino de recuerdos sueltos, recordamos el actuar de algunos amigos post trago, como la de hacerse en la cama, o confundir el ropero con el sanitario, etc.

La cultura alcohólica asuncena y sus historias son bastante amplias y complejas, cuando en viejas épocas éramos como vampiros y no buscábamos refugio hasta que surjan los primeros rayos del sol, ahora las cosas eran distintas, me gano el sueño.

Solo que nuestra historia no culmina ahí, puesto que fui victima de algo que mucho me he burlado cuando les sucedía a mis amigos, volví a mi primera infancia y como buen infante olvide poner los pañales, el resto ya se lo imaginaran.

sábado, 8 de agosto de 2009

DE ATRÁS PARA ADELANTE, parte I.

En varias ocasiones ya me he planteado y re planteado escribir sobre los conciertos de mi vida, mi escusa de siempre fue la falta de tiempo y el no saber por donde o por cual empezar. Por fin he visto la luz al final del túnel, por fin me vino la inspiración que me faltaba.

Para esta serie de cortos, una especie de mini historias sobre los conciertos y recitales a los que acudí, decidí empezar desde el final.

Hoy se cumplen los 40 años del disco “Abbey Road” de los Beatles, una de las fotos mas emblemáticas de los “Fab Four”, la famosa foto de los cuatro cruzando la calle, no es que halla asistido a algún concierto de ellos pero, anoche estuve en una presentación del músico paraguayo Ricardo Flecha, donde pude redescubrir mi pasión por las músicas cantadas en guaraní, quizá sea este el renacimiento de la música popular paraguaya. El punto máximo del concierto fue cuando el (Ricardo) dijo “esta es una música muy loca, no hace falta presentarla”, comenzaron a sonar la guitarra y el piano, la melodía parecía conocida.

Tanto fue mi asombro como así también la de todos los otros que estuvimos en el concierto cuando caímos en la cuenta de que se trataba de la música “Imagine” de los Beatles pero cantada en guaraní, no encuentro otra palabra que no sea espectacular para dicha presentación, el publico estaba extasiado, anonadado, estupefacto y al borde del delirio cuando arrancaron las palmas y los bravos que duraron alrededor de 1 minuto.

Alguno se preguntaran que tiene que ver esto con el disco Abbey Road, puesto que Imagine no pertenece tampoco al mismo, pues bien no tiene nada que ver pero vale la pena recordarlo, y les pregunto ¿alguna ves tuvieron una cadena de recuerdos?, es eso lo que me sucedió, una cosa me hizo recordar a otra, etc.

Ahora volviendo a mi ultimo concierto, El canto de los Karaì vol.2, es algo para recomendar, es algo que, si tienen la oportunidad no se lo pierdan, uno hasta puede sentir el alma de las canciones con un toque de “noseque” que le da nuestro idioma guaraní a las canciones. Realmente uno vuelve a valorar su idioma, cultura, el sentirse paraguayo. La carga emocional que uno siente en este concierto es algo inolvidable.

sábado, 18 de julio de 2009

LA VANIDAD DEL HOMBRE

Resulta raro hablar de vanidad masculina en una tierra de hombres recios o “machos” como normalmente se autodenominan, en un país sumergido en el machismo y la autoridad patriarcal, cuanto más troglodita y tosco uno aparenta, mas macho será para los demás.

Esta es la cultura de tupidas barbas, pelos en los pechos (pecho rague) y cabellos sin peinar (akashara), solamente así podemos demostrar a los otros hombres que somos hombres. Lejos aun estamos de aquellos llamados metrosexuales que pululan en todo país vanguardista, aquí son simples florcitas o amanerados.

Pero no nos equivoquemos, tampoco podemos decir que retrocedimos en el tiempo y volvimos a ser homo sapiens neandertal, o que vivimos en la Hera de las cuevas o algo similar, solamente somos rudos de vestimenta y pensamiento.

Entre tanta espina también puede crecer una flor, no piensen mal, me refiero específicamente a que un hombre recio también tiene su vanidad, que normalmente suele ser su auto, según algunos, el auto del hombre es el reflejo del dueño, hoy descubrí que tienen razón.

No es megalomanía, si no una realidad masculina. En la fecha estuve en un taller de chapería y pintura esperando a retirar mi vehículo, mientras aguardaba mi turno pude observar como los otros clientes de distintas edades, miraban de todos los ángulos posible sus automóviles recién pulidos, esa mirada de enamorado pues su vehículo ha quedado como nuevo, o sea, se volvieron a enamorar.

Mientras tanto del lado de afuera del taller estaban los que llegaban con sus autos dañados, con esa mirada de angustia, preocupación y agonía por el estado en el que se encontraba su automóvil. Pareciera ser una sala de urgencias de hospital y que rodados eran los pacientes heridos, solamente faltaban las sirenas de las ambulancias y completábamos el cuadro.

Es difícil de describir realmente esa alegría que uno siente al ver a su auto como si fuera un 0 km, solo entonces pude comprender que todo aquel esfuerzo de ahorrar, mirar catálogos, probar una y otra ves un modelo de llanta, alerón, etc., tiene su fruto final, al final, como tratamos a nuestro vehículo es como nos tratamos a nosotros mismos.

Y vos, ¿como tratas a tu automóvil?.